La extraordinaria ubicación en la calle Almirante del elegante barrio de Justicia de Madrid caracteriza este edificio de principios del siglo XX.
La tipología de piso con frente de balcones hacia la calle y gran fondo, iluminado a través de patios, fue en su día muy empleada en viviendas de todo tipo en esta ciudad. Cuando éstas alcanzan dimensiones más grandes se crean largos recorridos de pasillo necesarios para comunicar ambos extremos de la casa.
Controlar y reducir los recorridos dentro de la vivienda fue desde el principio parte fundamental de la propuesta; para ello, se conectan unas estancias con otras a través de circulaciones alternativas al pasillo rompiendo así su linealidad.
Las salas de estar, comunicadas todas ellas y próximas al acceso, se organizan junto al frente a la calle, mientras que los dormitorios se sitúan alrededor de los patios.
El dormitorio de los niños se convierte en una gran sala situada en el centro de la casa, área de transición entre la zona pública y la privada mediante la estantería que la independiza.
Se han empleado materiales y acabados neutros con puntuales toque de color que dejen el protagonismo a los elementos originales que se han podido mantener como son los pavimentos, radiadores y molduras de escayola.
Las diferentes piezas de mobiliario, perteneciente a viviendas anteriores y a herencias de la familia, encuentran su sitio completando la intervención y poniendo en alza su valor.